TheSpirit 09/07/2010

Y llegó por fin el día. También tenía "la excusa" de tener que entregarle algún regalo por participar en el sorteo.

Calor en la calle y más calor dentro de mi cuerpo esperando conocerla.

Cuando la ví era tal y como me la había imaginado o había visto en sus fotos.

Alta, no demasiado y con curvas. Su cara desprende muchísima simpatía pero también muchas otras cosas.

Tras un rato de charla, nos marchamos al dormitorio y tardamos poco en conocernos mejor.

La había pedido que se pusiese ropa interior para mí y estaba realmente preciosa. Empezamos a besarnos. Con pasión. Dios mío, como besa. Después empezé yo a besarla por todo el cuerpo, a desnudarla (aunque la dejé un poco el body que llevaba) y a seguir disfrutando con su cuerpo.

No pude aguantar más y se lo acabé quitando. Ahí me deleité un rato más hasta que ví que mi amigo no paraba de asomarse y la dejé a ella que me hiciese un francés que disfruté muchísimo. Le dije que no soy de los que les gusta estarse quietos y la pedí que se diese la vuelta para poder seguir disfrutando pero con un 69.

Después de esto, disfrutamos de todas las maneras que se nos pasaron por nuestra imaginación. Si ella estaba encima de mí, podía seguir disfrutando con sus apasionados besos o con sus hermosos pechos. Si estaba yo encima, más de lo mismo. Y también pudimos disfrutar estando ella "a cuatro". El griego, una auténtica maravilla.

Como ella. Auténticamente maravillosa.

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