Por fin después de mucho leerla y desearla pude pillarla libre y bajar a Madrid a disfrutar de este pedazo de hembra ibérica.
Es tal como la imaginaba, vamos, tal como ella dice, no miente en nada, ni en su edad, 37, aunque parece que tiene bastantes menos, ni en esos kilitos que para mi gusto no son de más porque no estaría mejor con menos. Es un cacho mujeraza de las que al cruzarte con ellas el amiguito se pone firme y pide guerra. Guapa, unos ojazos que parece que te hablan y no pierde la sonrisa menos cuando pone esa cara de placer que parece que la estás matando, que se va a morir de gusto en cualquier momento. No es escandalosa ni exagerada pero dice a veces joder en bajito y eso me pone más a cien. Ni lubricante ni ostias que eso lo odio, se moja pronto y bien y te deja hacer sin estar todo el rato, uy eso no, ay más flojito, nada, lo que quieras hasta donde quieras por donde quieras. Con lo que se pone seria es con que te pongas goma que yo a veces no pienso y me lanzo sin pensar. Pero no me dejó y creo que es mejor, que luego me como mucho la cabeza.
Besa de muerte y eso me pierde, huele bien y sabe mejor, pocas chicas se dejan tanto y me dijo que si yo no paraba, ella menos. No tiene fin
La pena que cuando se la metió aprieta de una forma que no duré nada.
Cuando miré el reloj porque ella había quedado y yo me iba de compras me llevé una sorpresa porque llevaba más de una hora y yo creía que acababa de llegar. No me dió tiempo al segundo, joder, se me fue el santo al cielo. Eso que no me hizo ducharme ni nada, los dos estábamos limpios y nos fuimos derechos al tema, primero en el sofá del comedor, luego no encontrábamos la ropa esparcida y luego ya en la cama.
Llevaba por lo menos ocho días sin catar mujer y eso es lo que aguanto más o menos. Pero ostias, yo creo que voy a tener que volver antes. ¿Cómo no la he conocido hace más tiempo?
Chavales, lo siento, ya hay otro más a reparttir pastel.
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